Hoy, 20 de diciembre, partimos de Pokhara en dirección al campo base de la vertiente norte del Annapurna, a 8.091 metros. En las expediciones, muchas veces suelen aparecer imprevistos, con los problemas que ellos derivan. Sin embargo, con la experiencia que nos atesora, nos armamos de valor y seguimos paso a paso, porque somos conscientes de que el camino es muy largo.
En los próximos días, exactamente el próximo 22, esperamos alcanzar el campo base, a 4.200 metros, justo al inicio del invierno astronómico, como en todas nuestras expediciones invernales, que siempre nos hemos regido a su inicio.
No hay consenso acerca de las expediciones invernales, son muchas las opiniones acerca de estas expediciones; por lo tanto, cada vez viene siendo más común encontrar en artículos de prensa, e incluso de la especializada, aspectos que no son para nada acertados. Ello nos lleva a caer en subjetividades, por ejemplo, según la nacionalidad de dicho ascenso. En ocasiones, se eleva hasta el olimpo; mientras que, en algunos casos, se le atribuye una importancia mínima.
Nosotros tenemos suerte, porque lo hacemos por y para nosotros, algo que nos facilita el terreno. Ahora bien, siendo honestos, desde el año 2010/11, en el primer intento invernal, nos dimos cuenta de que las condiciones climatológicas son muchísimo más favorables en el mes de diciembre. En el mes de marzo, las temperaturas empiezan a mejorar sustancialmente, por ello, las condiciones más adversas comienzan en el mes de enero y febrero. Esto lo digo con el fin de buscar un consenso donde todas y cada una de las opiniones nos lleven a un mismo punto de partida.
En mi opinión, convendría que todas y todos los actores invitados en esta disciplina del Himalaya, comencemos a construir un relato con cierta celebridad, donde todas y cada una de las opiniones se tengan en cuenta. En esa línea, en vez de destruir, estaría bien construir, abriendo un debate ético en el que entendamos que es una expedición invernal, por que nacen, dónde y cuándo comenzó todo.
Si todo va bien, como ya he comentado, alcanzaremos el campo base el día 22 de diciembre, y sin demorarnos mucho, comenzaremos a trabajar en la montaña, empezaremos a jugar en y con ella qu, al fin al cabo, es a lo que hemos venido, a divertirnos y a pasárnoslo lo mejor posible.
Aunque mucha gente no entienda que beneficio se puede sacar a una expedición como esta, me gustaría confesar que, a nosotros, y, a mi particularmente, nos apasiona tantísimo lo que hacemos que somos capaces de arriesgar nuestras vidas por llegar hasta arriba ¿El objetivo? Ganar, más que nada, nuestra propia libertad, alcanzando nuestras metas y ensalzando nuestro ego a más no poder, llevando a cabo el acto más egoísta que podamos acometer.
Los próximos días y semanas, veremos hasta donde nos llevarán nuestra experiencia (entremezclada con algo de fortuna) y nuestras ganas y motivación.
Enviaremos las primeras fotografías e impresiones con nuestra llegada al campo base.
Un saludo y hasta pronto.
Por cierto, me gustaría resaltar la labor de los porteadores antes de encontrarnos con ellos. Son quienes portearan todas las cargas durante un par de días, hasta que lleguemos al campo base. Quisiera agradecer a cada uno de ellos su esfuerzo y compromiso, ya que, sin ellos, no sería posible. Tampoco me olvido de nuestros patrocinadores, ya que su ayuda, al igual que la de todas las personas que nos estáis viendo, es fundamental.
Un saludo enorme desde Pokhara.
La entrada Crónicas desde el Annapurna capítulo II se publicó primero en Alex Txikon.